Conversatorio UTEM analiza la importancia de la biblioteca como espacio creativo

Autor: Daniela Arce V.|
La actividad forma parte de un espacio en el que mujeres influyentes del mundo de la lectura y la edición visitan la FAE, dando a conocer sus conocimientos y experiencias, a las/os futuros/as profesionales.

Las/os estudiantes de FAE recibieron a Mai Canales, psicóloga, mediadora de lectura y creadora de la cuenta @lecturas_feministas, quien se refirió a sus principales aprendizajes en este campo y experiencia desarrollando talleres de lectura. Un espacio organizado por la Escuela de Bibliotecología y la VTTE para difundir las diferentes ocupaciones y experiencias de mujeres en el mundo de las letras.

Su relación con la lectura comenzó desde que Mai era muy joven, con lecturas familiares y en su colegio, donde nació el interés por estudiar alguna carrera ligada con las letras. Terminó inclinándose por la psicología y más tarde, durante la pandemia, cursó un magíster en edición, donde entró en un mundo totalmente desconocido: las editoriales, el oficio de la edición, las bibliotecas, las imprentas, la distribución y el conglomerado que compone la cadena de libros.

Fue en ese entonces cuando “descubrí que las lectoras también formamos parte de esa cadena, y por primera vez me sentí parte de algo que me fascinaba”, dijo Mai Canales.

Actualmente, Mai trabaja en la Editorial Azafrán, que “fue la primera que me abrió las puertas, incluso, antes de terminar el máster, porque estaba empeñada en encontrar trabajo en este mundo”. Una vez en la editorial, tuvo que aprender muy rápido conceptos y procesos. “El modelo de esta editorial es ofrecer un servicio para que todas las personas que quieran escribir un libro lo puedan hacer”, explicó.

“Acá, empecé a trabajar con personas que quieren convertirse en escritoras y dejar por escrito sus vivencias. Y en este recorrido he trabajado con un equipo multidisciplinario, como diseñadores, editores y correctores”, dijo.

Entorno del libro

En este contexto, Mai se refirió a los cuatro eslabones de la cadena de libros, en los que están el autor, la editorial, la imprenta y la distribución. “Hemos tenido que trabajar con bibliotecas indirectamente a través del Ministerio de Educación y el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, por ejemplo”, comentó.

También indicó que, si bien existen distintos tipos de editoriales, la gran mayoría recibe manuscritos. Y es en este caso donde las/os editoras/es tienen un gran trabajo, ya que se encargan de “ponerse en los zapatos del escritor o escritora”, porque nuestro trabajo como editor/a es muy silencioso, “no podemos afectar el estilo”. Y por el mismo, agregó que es muy importante que exista esa compenetración, que se refleje en toda la cadena editorial desde que se escribe hasta que el libro está publicado, transmitiendo las principales ideas.

Explicó, además, que para profesionalizarse en este campo es necesario actualizarse en cuanto al mundo editorial y sus novedades. Una manera es observando a las autoras. “Creo que tenemos ejemplos y referentes para poder seguir escribiendo y editando. En Chile, la mayoría de las editoriales son organizadas y coordinadas por mujeres, sin embargo, se publica mucho más a hombres y son los que más aparecen para hablar del mundo literario”, indicó.

A su vez, considerando que son muchas las personas que quieren escribir, incluidas/os las/os jóvenes, es esencial que lo hagan, porque “no todo lo que se escribe tiene que hacerse a través de una editorial, puede ser un blog, por ejemplo. Los caminos pueden ser distintos, pero tienen el mismo objetivo”.

Explorando autoras

Hace poco más de un año, Mai se dio cuenta de que necesitaba ampliar el círculo con el que comentaba los libros que leía. Ya no era suficiente hacerlo con el grupo de amigas, así que creó un taller de lectura bimensual con el cual congregar a mujeres de todos lados, con quienes poder conversar y analizar diferentes temas a través de autoras. Una instancia para profundizar en ellas, en su manera de ver las cosas, así como saber qué mueve a otras personas con la lectura, conversar sobre esto y recomendarse libros.

“Puede verse como un acto sencillo, pero no hace tantos años esto era impensado. Un grupo de mujeres a las ocho de la tarde dejando sus tareas domésticas para reflexionar sobre un libro, el espacio que el feminismo nos ha permitido tener”, indicó Mai.

La psicóloga también reflexionó desde su labor como mediadora de lectura e indicó que muchas personas pueden haberse acercado por primera vez a los libros a través de sus bibliotecas.

“Como estudiantes de Bibliotecología, la forma en que se presentan los libros es tan vital como necesario. Existe mucha presión, principalmente con el avance de la tecnología, en cómo se acercan los libros a las/os niños/as, generalmente con temáticas específicas para que se motiven a leer. Pero, creo que las personas se convierten en lectores al azar, y es algo muy personal, por lo que el espacio de la biblioteca es muy importante, reflexionó.

Por lo mismo, subrayó que “cuando trabajamos con libros, debemos generar instancias de conversación, reflexión y crítica acerca de los libros, porque así se puede ir generando curiosidad”.

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