Primero en su cuenta personal, luego en @leosolomujeres y actualmente en @runrun_lecturas, la exalumna de Bibliotecología y Documentación UTEM, Francisca Cabezas, comenzó a dar a conocer libros escritos por mujeres y, tras esto, a crear clubes de lectura con el fin de crear comunidad.

El camino que la llevó a esto lo relató en la charla “Conversemos con Fran Cabezas”, organizada por la Escuela de Bibliotecología y con el apoyo del del área de Vinculación de Pre y Postgrado de la Vicerrectoría de Transferencia Tecnológica y Extensión (VTTE).

En la instancia, Nicol Coccio Muñoz, directora de la Escuela de Bibliotecología, quien moderó la conversación, explicó que la invitación se debió a que le pareció importante relevar la iniciativa de la bibliotecaria en Instagram, que tiene relación con “ir posicionando autoras femeninas”. A su vez, la directora también destacó el rol que Cabezas puede jugar en este proyecto y la relevancia de reflexionar cómo este tipo de iniciativas impactan en el usuario de bibliotecas y lectores.

Los inicios

Siempre muy lectora, Francisca poco a poco se dio cuenta que todos sus libros favoritos habían sido escritos por hombres y que generalmente elegía autores por sobre autoras. Entonces, comenzó a cuestionarse el porqué de esta predilección, hasta que en 2019 se decidió a leer a mujeres durante todo un año.

“Estaba tan desactualizada de la escritura para mujeres que creí que a mitad de año se me acabarían los libros. Cuando llevaba poco tiempo, la cantidad de libros que estaba encontrando era abrumadora, así que me puse desafíos personales: dejar de leer novelas y pasar a novelas gráficas o poesía, por ejemplo, diversificando las lecturas”, explica.

Fue así como llegó un momento en que sintió la necesidad de compartir con más personas las nuevas lecturas que estaba descubriendo. Primero, lo hizo en su cuenta personal de Instagram, pero luego abrió una especial para difundir.

Paralelo a esto, en medio de la pandemia comenzó a organizar clubes de lectura con el objetivo de dar a conocer autoras y distintos géneros literarios. Al principio, la iniciativa incluyó a sus amigos/as y con el tiempo se fue difundiendo en redes sociales, con clubes en formato online y gratuitos a los llegaron más personas. “Ahí se fue armando el club de lectura dentro del proyecto de Instagram. Ahora, estoy más enfocada en hablar de bibliotecas, un canal con el que puedo llegar a más gente”, dice Francisca.

Entre las principales lecciones que ha aprendido durante este tiempo, Francisca comenta: “Se piensa que la lectura es algo muy personal y solitario, pero con estos clubes de lectura me he dado cuenta de que es todo lo contrario. Es muy interesante leer algo y no quedarse con lo uno sacó por conclusión, sino que conversar con otras personas y darte cuenta de que las vivencias y sensaciones que le generaron a ellas/os son muy distintas a las que te generaron a ti, y esto es muy enriquecedor porque se conocen otros puntos de vista”, dice.

Además, estas instancias le han permitido a la bibliotecaria poder plantear temas que le interesan y de los cuales se puede debatir, como el aborto o la violencia intrafamiliar, por ejemplo. “Es muy bonito abordar estos temas y que la gente se sienta en confianza de hablar”, añade Francisca Cabezas.

Finalmente, Nicol Coccio añadió que este tipo de actividades permiten que las/os estudiantes conozcan las experiencias de tituladas/os, quienes se han labrado su propio camino.