Match Sustentable: Cambiando la cultura del residuo en FAE-UTEM

Autor: Daniela Arce V.|
Es uno de los proyectos ganadores del concurso Camino Sustentable y que contempla la concientización de la comunidad universitaria sobre el tema, así como el trabajo en conjunto con emprendimientos internos, comercios internos y la comunidad universitaria y sus familias.

Con el espíritu de ‘UTEM ayuda a UTEM’, surgió el proyecto “Match Sustentable”, con el que se busca generar redes y trabajar para concientizar a la comunidad y a comercios externos sobre la importancia de aplicar la sustentabilidad, y que se espera tenga continuidad una vez que se implemente, en marzo de 2024.

Se trata de uno de los tres proyectos de la Facultad de Administración y Economía seleccionados de un total de cuatro iniciativas UTEM destacadas por el concurso Camino Sustentable 2023, con el que se intenta contribuir al desarrollo de iniciativas que incorporen acciones pro-sustentabilidad en el quehacer institucional.

“Queremos empezar a generar lo que llamamos un alma mater, una familia. De hecho, hemos conversado con otros proyectos que también postularon al mismo concurso., donde es posible trabajar en conjunto con este mismo fin”, comenta Marjorie Mela Delgado, directora Centro de Facultad de Administración y Economía.

Junto con Mela Delgado, participan en este proyecto José Gutiérrez, docente de FAE y coach; Mariano Molina Hernández, exdirector de vinculación el con el medio; Cecilia Hanna, secretaria; Jacqueline Hormazábal Cáceres, encargada de Centros de Práctica en el Centro de Vinculación con el Medio FAE; y el estudiante en práctica Nicolás Rozas Cornejo, alumno de tercer año de Ingeniería Comercial.

Agentes de cambio

Match Sustentable contempla la participación de estudiantes, administrativos, profesores, académicos, así como personas externas, todos quienes tengan un negocio o emprendimiento que genere desechos, los cuales pueden postular al proyecto, que espera reclutar a unas quince empresas.

Paralelamente, se trabajará con alrededor de diez alumnas y alumnos voluntarios de distintos niveles, quienes apoyarán en distintas labores, según su perfil, y se encargarán de relacionarse con las empresas y asesorarlos.

Una vez que se seleccionan a los voluntarios, se les va a capacitar durante una o dos semanas, para que a partir del próximo año aporten en la implementación del proyecto. En el caso de los negocios, cuando pasan a ser parte de la iniciativa, el estudiantado llevará a cabo un registro de la cantidad de desechos que producen, darles una segunda vida a los residuos y hacerles una asesoría de concientización a los comercios.

También habrá beneficios para las y los dueños de estos comercios y el estudiantado. En el caso de las y los alumnos, tiene relación con potenciar sus habilidades blandas. De acuerdo con José Antonio Gutiérrez, “hoy en día las competencias de los profesionales, vinculadas con el perfil de egreso, son transversales a las que están en el modelo educativo, siendo importante tener esta sensibilización y ser agentes de cambio. En este sentido, todo el foco en capacitaciones consiste en entrega competencias concretas que les permitirán sensibilizar la aplicación de herramientas con las empresas con las que trabajarán, lo que podrán transmitir a su respectivo entorno estudiantil”.

Con sellos institucionales

Este proyecto tiene tres sellos institucionales. “Tenemos por un lado responsabilidad social, porque nos estamos haciendo cargo no solo de darles las competencias a nuestros estudiantes, como para que ellos se sientan con la capacidad de saber cosas, sino que también estamos contribuyendo a que este sistema vaya mejorando. Por otro lado, tenemos el sello tecnológico, más bien de transmitir conocimiento, tecnología cognitiva. Y, además, el sello de sustentabilidad, que es nuestro promotor. Nosotros estamos acreditados y necesitamos generar no sólo a nivel de institución este cambio, sino que también dentro de las familias”, dice Mela Delgado.

Para Jacqueline Hormazábal, “participar de un proyecto que tenga que unir a la comunidad en sí, es súper enriquecedor. Me parece una buena oportunidad. Por otro lado, en el ámbito de la empleabilidad, a los estudiantes les sirve tener un proyecto ya concreto y participar de voluntariados. Les sirve mucho para el currículum, ya que una persona que hace voluntariado tiene valores y principios distintos al resto”.

A su vez, este proyecto beneficia a la universidad porque se generan redes, especialmente de contención. Mela dice que, a nivel institucional, “empezamos a desarrollar lo que normalmente se llama sentido de familia, de estar y de contenernos”, y, por lo mismo, es importante generar que sea un ambiente ameno, donde todos colaboren para contribuir a la sustentabilidad.

A nivel de facultad, continúa la directora Centro de Facultad de Administración y Economía, “el programa de sustentabilidad, se comenzó a implementar en la carrera de Ingeniería Comercial. Como ya está la semilla, lo que tenemos que hacer es generar un espacio para seguir potenciándolo. Porque si bien a nivel institucional ya hay programas interfacultades, las raíces tienen que extenderse a los familiares, al círculo cercano, y para ello tenemos que contribuir todos”.

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