Tras un proceso que lleva poco más de dos años, la carrera de Administración Pública de la UTEM se encuentra en la etapa de reuniones con pares designados en la búsqueda de su certificación de calidad bajo los criterios y estándares de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).

A fines del primer semestre de 2020, Administración Pública decidió someterse voluntariamente a esta evaluación, conformando entonces un Comité de Autoevaluación con académicos, funcionarios y estudiantes, quienes se reunieron de manera sistemática y permanente por más de un año. En esta instancia, se analizaron los criterios que establece la CNA y levantaron información fidedigna para analizar estos criterios y evaluar la carrera.

Participar de este proceso trae una serie de beneficios intangibles para la carrera, como el poder concretar el objetivo de mejora continua de Administración Pública, promoviendo una cultura y excelencia de calidad. Junto con esto, Rafael Pizarro Rodríguez, jefe de la carrera de Administración Pública en UTEM, comenta que “al ser una evaluación externa, permite tener nuevos criterios y miradas y desarrollar procesos innovadores. También posiciona a la carrera, que es nueva, dentro del mercado de las carreras de Administración Pública y permite que la Universidad se vaya posicionando. Esos beneficios hablan del desarrollo de la política institucional de calidad y mejoramiento que tiene la UTEM”.

El comité estuvo integrado por 10 personas, entre ellos, los académicos Marfilda Sandoval Hormazábal, Liliana Calderón González, Leonardo Gatica Villaroel y Jorge Libuy García, quien asumió como coordinador del Comité. Participaron los docentes Gerardo Vergara Cañumir y Muriel Troncoso Anabalón; y los funcionarios Ma. Isabel Cadín Reyes, secretaria de Adm. Pública, y Cristián González Rojas, director de la Escuela de Administración. Y estuvieron también los estudiantes Javiera Reyes Peña y María Fernanda Motto Núñez.

De esta forma, se analizó la carrera en base a 12 criterios: Propósitos, Integridad, Perfil de egreso, Plan de estudios, Vinculación con el medio, Organización y administración, Personal docente, Infraestructura y recursos para el aprendizaje, Participación y bienestar estudiantil, Investigación por el cuerpo docente, Efectividad y resultado del proceso formativo, Autorregulación, y Mejoramiento continuo.

Pizarro señala que “se hizo un levantamiento de información cualitativa con encuestas a docentes, estudiantes y titulados para conocer su opinión, y con esta reflexión se establecieron debilidades y fortalezas, junto con acciones de mejora, en un Informe de Autoevaluación”.

Entre las principales fortalezas detectadas están la coherencia e integridad de todos instrumentos de planificación, como el perfil de egreso, plan de estudios, cátedras, normativa de la universidad, entre otros. “Todo lo que se hace tributa al perfil de egreso, al proceso de aprendizaje y la generación de conocimientos. Además, se han ido consolidando varias áreas, como el de investigación, con el ramo de Título II”, dice Pizarro.

Otra de las fortalezas es que se realizan varias actividades con vinculación con el medio, lo que es parte del proceso de aprendizaje fuera del aula, con un fuerte vínculo con la comunidad. “Se desarrollan varias actividades en este ámbito, como la vocería de los profesores, la generación de diálogos, la escuela de dirigentes, liderazgo juvenil, conversatorios, etc., lo que sin duda hace que sea una carrera muy dinámica”, dice.

Además, agrega Pizarro, “nuestros profesores participan en conversaciones de políticas públicas, por ejemplo. Los alumnos, que están presentes en la Federación de Estudiantes de Administración Pública, trabajan en conjunto con los profesores en el desarrollo de las escuelas de liderazgo juvenil y de dirigentes”.

De acá en adelante se ejecutarán acciones de mejoras establecidas en el Informe de Autoevaluación y así llegar a los próximos años con estos puntos mejorados y/o potenciados.