Mariel López Valencia es parte de la generación de estudiantes que ingresó a Ingeniería en Gestión Turística (IGT) a nuestra universidad durante la pandemia, en pleno 2020. Durante los primeros dos años su interacción con compañeros y profesores fue completamente online, hasta que finalmente pudo conocerlos en persona a fines de 2022.

La elección de su carrera -confiesa- fue un salto de fe. Postuló a una única universidad y carrera, motivada por su interés en el turismo y la descripción del perfil profesional que ofrecía la UTEM. “Me gusta mucho conocer lugares. Cuando encontré la UTEM, vi la carrera de Ingeniería en Gestión Turística y pensé que era perfecta porque tiene de todo”.

Hoy ya es egresada de la carrera y ha acumulado logros destacados en su paso por IGT. Fue parte de las mesas de trabajo para la creación del Diplomado en Gestión Cultural; en 2023 representó a la UTEM en el 4to Encuentro Latinoamericano de Estudiantes de Turismo en la Universidad Don Bosco, en El Salvador; y obtuvo el primer lugar en la categoría “Ideas para Trabajo de Título o Tesis convencionales y no convencionales” del concurso Tesis 2024: “Cultura, Innovación Social y Territorio”, organizado por la Vicerrectoría de Transferencia Tecnológica y Extensión (VTTE).

¿Cómo fue la transición de clases online a presenciales?

– Fue duro, porque estuvimos dos años conociéndonos entre todos, pero no nos habíamos visto las caras hasta que llegamos a las clases presenciales. Estábamos todos tímidos, nadie quería hablar con nadie. Nos hicieron una bienvenida, lo que fue bonito.

Es que cuando uno ingresa presencialmente, se nota el ambiente que se genera en la carrera. Como somos pocos, hay mucho compañerismo. Obviamente siempre van a haber segregaciones en grupos, pero entre todos éramos súper unidos. Esto me hizo sentir que había elegido bien.

¿Qué te sorprendió de la carrera?

– Especialmente el foco. Poco a poco empecé a entender que era mucho más de lo que imaginaba sobre el turismo. La implicancia que teníamos en el mercado -en el sistema público, que es el foco que tiene la carrera, de trabajar desde la gestión- no la había entendido hasta que en tercer año cursé Fundamentos para el Desarrollo Turístico a nivel Local, en el que se trabaja durante seis meses con una comuna.

Además, en un principio me daba inseguridad la carrera, porque no sabía si iba a tener éxito o no. A medida que fui avanzando, me di cuenta de que no era lo que yo pensaba, era mejor, y eso me sorprendió.

Tu tesis “Propuesta de estrategia para la puesta en valor de la identidad cultural local del Cajón de Maipo” ganó en la categoría Ideas Trabajo de Título o Tesis convencionales y no convencionales, del concurso de Tesis 2024: Cultura, Innovación Social y Territorio. ¿Qué te pareció haber participado en esta instancia organizada por la VTTE?

– Aunque fue muy complejo este periodo, el concurso me ayudó mucho. Nos hicieron capacitaciones para poder hablar en público. Varios de los talleres iban enfocados en las emociones, en saber manejarlas.

Cuando empezamos a hacer la tesis, estuvimos un mes en paro y mi abuela, quien era la persona más importante para mí, falleció. Tendría que haber hecho mi tesis de agosto a octubre, pero pude comenzar recién el 27 de octubre. En tres días la desarrollé. Para mí no era una complicación llevarla a cabo, pero estuve mucho tiempo bloqueada, no podía ponerme a trabajar, hasta que finalmente pude avanzar.

Aproveché el concurso, sin querer, para poder liberar las emociones que tenía. Ya tenía definida la idea principal y los objetivos, pero aún no la había concluido. Esta instancia me permitió entender y darle cariño a la tesis, y hacerla desde esa base.

¿Por qué te interesó abordar en tu tesis el tema de la identidad cultural local del Cajón de Maipo? ¿Por qué mirar hacia este sector?

– En 2023, viajé a El Salvador por cinco días al ganar un concurso que hizo la carrera para presentar a Chile en el 4to Encuentro Latinoamericano de Estudiantes de Turismo en la Universidad Don Bosco. Para ganar un cupo, mi discurso trató sobre el “Uso de herramientas tecnológicas para el desarrollo del turismo sostenible y del rescate de la identidad cultural chilena”.

En esta experiencia, me gustó darle a entender a otro país cómo era Chile, en el que desarrollé un tema bastante similar a la tesis que hice más adelante. Así que me propuse estudiar lugares que no estuvieran bien definidos en términos de identidad.

Pensé que el Cajón del Maipo es un lugar rural que debía tener alguna identidad propia. Mi idea de tesis era básicamente identificar si desde la identidad de un lugar se puede hacer una propuesta de valor que genere un turismo más sostenible, una actividad económica. Ahí nació mi idea.

¿Qué aspectos puedes destacar en el desarrollo de tu tesis?

– Cuando entrevisté a la gente, todos llegaban a la misma conclusión: que en el fondo había una muy mala gestión a nivel interno del turismo. No se aprovechaban los centros históricos que tenían, por lo que no estaba siendo reconocidos. Simplemente, los lugares son preservados, pero hasta cierto punto.

Me sorprendió que el Cajón del Maipo, que es una zona total y completamente turística en términos naturales, no haya sido trabajada en esa área. Esto me dio a entender que hay una centralización de temática turística, en el que solamente se desarrolla el turismo de naturaleza porque no hay nada más que destacar, dejando otros focos de lado. Esto me sorprendió.

A propósito de tu viaje a El Salvador, es otro hito en tu paso por la carrera. ¿Cómo te preparaste y qué te pareció la experiencia?

– Nunca había viajado, ni dentro ni fuera de Chile. Tampoco había viajado en avión. Y cuando dieron las bases del concurso, había empatado con un compañero, así que para desempatar tuvimos que hacer in video de cinco minutos explicando lo que íbamos a decir en el concurso.

Cuando estuve allá me di cuenta de que era la más preparada, así que me sentí orgullosa, porque no fue algo que se tomó a la ligera. Desde la universidad me apoyaron. Recibí la asesoría de Franco Lillo, encargado relaciones públicas y protocolo de la universidad, para elaborar un pitch. También hubo una buena base desde la carrera y yo también me empeñé en hacerlo bien. Fue una experiencia que me hizo crecer demasiado.

Como egresada ¿hacia dónde quieres apuntar tu desempeño laboral?

– Me gusta mucho la gestión del turismo. En términos culturales me atrae demasiado, porque estoy muy arraigada a lo social. Siento que cuando uno rescata la identidad de una zona, sea cual sea, estás poniendo en valor a la gente mayor y a quienes normalmente rescatan todo lo propio de una zona, pero no son siempre visibles.

Desde la gestión del turismo, al final es apoyar a los emprendedores locales, posicionar un desarrollo local que antes no se podía hacer, porque la gente desconoce o no se capacita. Eso es todo lo que me trajo a la carrera al final, saber gestionar el turismo de manera sostenible.

Quiero destacar al profesor Andrés Sarmiento, que me impulsó a ir a El Salvador, con él hice mis prácticas y también me ayudó mucho a reconocer cuáles eran mis capacidades. También a la jefa de la carrera, Marfilda Sandoval. Siempre creyeron en mí.