La intensa historia de Magdalena Delgado, estudiante de FAE UTEM
Autor: Daniela Arce V.|
Después de ingresar a la universidad a través del propedéutico, Magdalena Delgado eligió estudiar Contador Público y Auditor. Le atraían las matemáticas y sentía que ya tenía cierta experiencia administrando su hogar. Años atrás había soñado con ir a la universidad junto a una de sus hijas, pero tras su fallecimiento, ese plan quedó en pausa.
“Ese dolor me marcó, pero también me dio fuerza: sentí que debía cumplir esa promesa”, recuerda. Así fue como llegó a la UTEM.
El camino no fue fácil. “Muchas veces pensé en abandonar, sobre todo en ramos como Finanzas e Inglés, que me costaron muchísimo. Pero tuve profesoras que confiaron en mí y compañeros que me apoyaron sin hacerme sentir distinta, aunque yo era mayor que todos. Esa generación fue increíble, siempre me acogieron y me integraron”.

Magdalena atravesó varias emociones durante su paso por la UTEM. Al principio pensó en retirarse, pero poco a poco se reencontró con la motivación que le había sido esquiva. “Lo que más me ayudó fue descubrir capacidades que no sabía que tenía”.
Un ejemplo fue su interacción con la profesora Paula Lara:“Yo pensaba que no sabía hacer una PPT. Un día, mi compañera tuvo un problema y me dijo que no podía seguir, que se daría de baja del ramo, y quedé sola. También pensé que no lo lograría, pero la profesora me dijo: ‘Mira, no me importa cómo salga la PPT, pero tú la vas a hacer’. Y la hice. Fue como abrir una cajita dentro de mí y decir: ‘sí, puedo’”.
NAF y SII
Uno de los hitos que más valora de su paso por la UTEM fue haber participado, como parte de la primera generación de la carrera, en el Núcleo de Apoyo Fiscal (NAF) del Servicio de Impuestos Internos (SII). Allí pudo orientar a personas y organizaciones sobre beneficios y obligaciones tributarias. “Fue muy enriquecedor, porque sentí que podía devolver lo aprendido a la comunidad”, dice.
Su práctica también la realizó en el SII, donde atendió público, procesó facturas y conoció de cerca el trabajo tributario. “Salí con la máxima calificación y con el orgullo de haber dejado una buena impresión”, afirma.
Nuevas oportunidades
Hoy, al mirar hacia atrás, Magdalena afirma: “No importa la edad ni las dificultades, siempre hay oportunidad de levantarse, aprender y crecer. Y si me preguntas, hasta estoy pensando en seguir un posgrado, porque descubrí que la universidad también se convierte en una forma de vida”.
Además, ya prepara su currículum para postular al SII. Y es que su experiencia fue transformadora.“Estoy más empoderada. La universidad me dio fuerzas para replantearme la vida. Los años nunca han sido un tema para mí”. Incluso, ya piensa en seguir estudiando, otra carrera o quizás un posgrado.
Y no descarta seguir adelante. De hecho, ya se plantea estudiar otra carrera o incluso un posgrado.