Con una fuerte sensibilidad ambiental y experiencia en el mundo público, Paloma Jara pasó por la Facultad de Administración y Economía (FAE) UTEM entre 2008 y 2014, cuando estudió Ingeniería Comercial , carrera que acaba de certificarse por seis años, periodo del que afirma tener sus mejores recuerdos.

Tras su paso como directora de Obras Hidráulicas en la región de Los Lagos, Paloma Jara asumió hace pocos días como Secretaria Regional Ministerial de Obras Públicas en la Región de Aysén, en el que indica que uno de los principales desafíos es atender la necesidad de conectividad de la gente de Aysén.

“Aysén es una de las regiones más aisladas de Chile, con una conectividad que no siempre es continua. Ahora, la gestión del agua también es un tema, desde el acceso al agua y al alcantarillado, que tiene distintas consideraciones que el agua potable local, las aguas grises son distintas de las aguas negras. Eso también es un tema en el que se debe ir avanzando para darle una respuesta clara a nuestros vecinos, de cómo eso impacta a su vida”, indica Jara.

Con respecto a la formación que usted tuvo en la UTEM, ¿que herramientas considera que han sido claves en el desarrollo de su carrera profesional y en el cargo que desempeña?

– Cuando ingresé a Ingeniería Comercial, la malla tenía cátedras de Gestión Ambiental y Economía Ambiental, a cargo del profesor Óscar Mercado. Eso ya era una diferencia en la sensibilidad para enfrentar ciertos proyectos. De ahí en adelante estuve en el Departamento de Administración de la FAE, fui ayudante de casi todos los profesores, de quienes aprendí mucho. Yo siempre digo que soy más administradora que economista.

Siento que hay herramientas que me entregó la universidad en mi proceso de tesis, donde me acompañó el profesor Manuel Letkus, que me permitieron generar un modelo de trabajo que tengo hasta hoy, de crear procesos. Eso es lo que más rescato en términos de formación.

Cuando estábamos saliendo de la carrera, los electivos se abrieron a más técnicas de gestión de personas, que fueron de gran ayuda para todos los que estábamos en ese momento, porque iba a más allá del típico libro, donde se entrega formación de cómo liderar equipos, que es un tema relevante a todas luces cuando uno sale al mundo laboral, sobre todo cuando se tiene que enfrentar un cargo de jefatura. A nadie le enseñan a ser jefe, pero ayuda.

Estuvo involucrada en las dirigencias de la universidad, ¿siempre le interesó el servicio público?

– Nunca he trabajado con la empresa privada, trabajé con organizaciones sin fines de lucro como consultora y luego al servicio en el Gobierno del presidente Boric. Nunca me vi trabajando en el mundo privado por una opción de vocación. Tenía que ver con una idea de soñar país.

En el 2011 nosotros en la universidad pedíamos justicia en temas arancelarios y mejoras de base en la educación. Lo que se mantiene, así que uno va encontrando herramientas para aportar en la mejora de la política pública. Trabajé en temas medioambientales, en fomento productivo y ahora en infraestructura, son pilares de desarrollo para crear un mejor vivir para las personas.

¿Cuándo surge el interés por temas medioambientales?

– Crecí en el sur, y creo que cuando uno vive en el sur no necesita ser ambientalista porque creces entre bosques. Nací en la Patagonia, me fui chica de mi región a La Araucanía y tuve la oportunidad de trabajar muy joven con gente de la Reserva de la Biósfera Araucarias, y eso te marca. Después, cuando me involucré en el mundo del fomento productivo, trabajé con pescadores artesanales, estuve ligada al mar.

Entones, si no tienes una lógica de lo medioambiental ni entiendes que si no conservas no puedes mantener una cantidad de empleos, no se puede generar una infraestructura que arrase con todo lo que estamos conservando. No sé si uno necesita volverse medioambientalista, porque crecí sabiendo que lo correcto era cuidar el entorno.

Volviendo a su experiencia en la UTEM, ¿cómo era la relación con sus compañeros?

–De la UTEM tengo los mejores recuerdos de mis colegas, como con mi compañero Yerko Cortés, con quien seguimos encontrándonos en el quehacer, de los que quedamos del mundo público. Yo creo que la UTEM cambia vidas, no sé si sigue siendo así. O sea, sabía que era una privilegiada, en mi generación muchos de mis compañeros venían de colegios técnicos, primera generación en la universidad.

Mi prima mayor también estudió en la UTEM, en Agronegocios. He visto cómo con los años mis compañeros han adquirido casa y les han podido dar grandes viajes a sus padres, todo lo cual es super lindo. También he visto gente que borra de dónde viene.

Pero quienes no lo esconden, sino que se sienten orgullosos, es valorable, porque tuvimos que ir a la universidad. Pudimos acceder a la educación y eso te cambia absolutamente. Un compañero de la UTEM siempre le dará la mano a otro compañero de la universidad. Es un código que no está dicho en ningún lado, pero todos sabemos que debemos hacerlo.