Nicol Coccio Muñoz, directora Escuela de Bibliotecología y Documentación: “Nos podemos desempeñar en distintos lugares y contextos”

Autor: Daniela Arce V.|
La bibliotecóloga, que asumió el 12 de junio de 2023, es exalumna de la UTEM. Centra su gestión en visibilizar a la Escuela y trabajar por una formación actualizada, ya que -destaca- las y los profesionales de esta carrera no sólo pueden ejercer su labor en el tradicional espacio de las bibliotecas.

Como “un gran desafío” asume Nicol Coccio su nombramiento de directora de la Escuela de Bibliotecología y Documentación, el pasado 12 de junio. Dice que ha sentido un fuerte apoyo en general, pero que resume esa dinámica en los nombres de dos académicos de la carrera, Cherie Flores y Guillermo Toro.

Ex alumna de la UTEM, Coccio estuvo desde el año 2017 en el Archivo Fotográfico y Audiovisual de la Biblioteca Nacional de Chile. Previo a esto, trabajó en proyectos relacionados, principalmente, a la plataforma digital Memoria Chilena, perteneciente también a la Biblioteca Nacional.

¿Cuáles son sus expectativas al iniciar la nueva gestión?

– Como todo director o directora, el foco va a estar puesto -sobre todo- en las y los estudiantes. Hay que asegurar que la escuela cumpla con todo lo que ellas y ellos requieran para obtener una buena formación. Además, se debe hacer también gestión para responder a la universidad, que es donde uno está inmersa. Y todo esto se ve reflejado en el aprendizaje de las y los jóvenes.

Me gustaría seguir posicionando a la Escuela, por lo que estamos apoyando todo el tema de la difusión y también el fortalecimiento de la formación, que exista un sello de la carrera por el cual se reconozca en el campo laboral a quien egrese de aquí.

¿Ha habido algún tipo de acercamiento con el alumnado?

– Sí, claro, nos hemos reunido y ahí nos han planteado sus propias problemáticas. Mi idea es tener una relación continua, que sientan que pueden contar con la Escuela como un lugar que los va a apoyar en sus necesidades. La comunicación con ellas y ellos ha sido desde el primer día.

¿Cuál considera que sería su aporte esencial como directora de la Escuela?

– Por ejemplo, creo que es posible aportar desde la propia experiencia. Por ejemplo, cuando egresé no se formaba en el área de Archivos y Gestión Documental o era muy poquito. Entonces, la idea es impulsar el concepto de que como profesionales nos podemos desempeñar en otros ámbitos laborales que no sea sólo el espacio de la biblioteca, sino que también utilizar nuestros insumos de trabajo, que es –principalmente- la información. Ese concepto es algo que me gustaría transmitir a los estudiantes. Que sientan que como bibliotecarias y bibliotecarios es posible desempeñarse en distintos tipos de organizaciones y en distintos contextos.

También podemos llegar a diferentes niveles de jerarquía, no solamente trabajar directamente con la gente. Podemos mejorar la calidad de vida de las personas a través del acceso a la información.

¿Qué aspectos se deben celebrar de esta carrera?

– Creo que la Escuela ha crecido bastante, en el sentido de que hay más profesionales que investigan. Eso es importante para nosotros. Por ejemplo, con toda esta revolución digital que está ocurriendo, aún más con la inteligencia artificial, creo que tenemos una misión y es posible jugar un rol ahí.

En el contexto del Día de la Bibliotecaria y del Bibliotecario, queremos analizar hacia dónde vamos y cómo queremos orientarnos, es decir, cómo nos vemos y qué esperamos. Esto, porque a veces nos concentramos mucho en tratar de conectar con el medio, que es súper importante, pero igual de trascendente es saber cómo nos vamos reevaluando.

Esperamos entre todos celebrar cómo nos estamos construyendo. Sobre todo, en este contexto de información actual, con todas estas tecnologías que surgen en nuevos mercados.

¿Le parece que es importante que desde la Escuela se aborden ciertos temas y se vayan actualizando?

– Sí, de hecho, estamos en un proceso de rediseño que ya ha tomado un poco de tiempo. Obviamente, siempre hay cambios tecnológicos, eso siempre va a pasar. Para nosotros es súper importante considerar lo que está sucediendo en el medio para actualizar nuestros programas de asignatura, que es algo que se está realizando en este momento, y orientar la enseñanza que se le da a los estudiantes.

Todos estos paradigmas que surgen de la inteligencia artificial son insumos transformadores de nuestra función, por decirlo así, teniendo unas bases bien sentadas en la gestión de información, pero que se va aplicando a distintos contextos.

En torno a la tarea de seguir visibilizando la carrera ¿cuáles son –a su juicio- los principales retos en este ámbito?

– Primero, hay que partir por casa, es decir, creo que debemos abrir nuestra mente profesional hacia una mayor disposición a enfrentarnos a otros roles, a los que quizá se piensa que no estamos preparados. A veces se requiere de un poco más de profundización, pero siento que nos insegurizamos nosotras y nosotros mismos. Desde esa perspectiva, es un desafío grande transmitirles a las y los estudiantes que es posible desempeñarnos en distintos lugares, no sólo en bibliotecas.

En segundo término es posible citar el tema de la socialización de nuestras funciones, que están fuertemente orientadas a la biblioteca, sin embargo, podemos trabajar también en una empresa o en un organismo del Estado. Hay legislaciones que ahora van a surgir, como la Ley de Transformación Digital del Estado. Todos estos contextos van haciendo que haya otros espacios en los que podamos estar.

Difundir que eso es posible es primordial en cuanto al posicionamiento de la carrera. Ciertamente, hay muchas otras cosas internas que tenemos que seguir mejorando.

¿Qué nuevas áreas pueden explorar, por ejemplo, los bibliotecarias y los bibliotecarios documentalistas actualmente?

– Un área que está muy potente es el tema de la Ciencia Abierta en las universidades. Hay muchos estudiantes trabajando y haciendo sus prácticas en apoyo a la investigación. Está la bibliometría, el tema de los repositorios y la gestión documental en empresas y organismos del Estado. Las bibliotecas públicas, por ejemplo, implican un espacio que también va diversificándose.

¿Cuáles son los principales desafíos como Escuela?

– Desde una perspectiva muy personal tiene que ver con cumplir las expectativas de nuestras y nuestros estudiantes. Que como Escuela les entreguemos las herramientas necesarias y de forma adecuada para que se sientan preparadas y preparados al momento de salir de la universidad y enfrentar el campo laboral.

Si bien está la formación, siempre se está en un proceso de revisión constante. No porque en el pasado haya salido bien, esté asegurado que en el futuro vaya a seguir siguiendo de la misma forma. Es un desafío que me he planteado al asumir este cargo.

Me enorgullece mucho encontrarme en este cargo siendo exalumna de la UTEM, volver a la casa, por decirlo así. Tratar de hacer esta labor lo mejor posible profundiza mi compromiso no sólo con el estudiantado, sino que también con nuestra casa de estudios superiores. Y bueno, por mi profesión, que a mí me encanta hacer, pese a que no fue mi primera opción ni nada, pero me fui enamorando de la carrera y me gustaría transmitírselo a otras personas que no entienden el valor que tiene nuestra tarea.

Esta carrera es muy importante y tiene un gran impacto en la sociedad, porque la información es lo que les da poder a las personas en sus vidas, tomar decisiones y acceder a beneficios, por ejemplo. Y en ese sentido podemos colaborar bastante. Quizás no tenemos todavía la visibilidad que deberíamos, pero creo que es un desafío que entre todas y todos podamos generar y aportar desde esta Escuela.

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